lunes, 1 de octubre de 2012

PENSAMIENTO CRITICO LATINOAMERICANO Y LA FILOSOFIA PIOETICA. SECCION B. GRUPO 5


REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVESIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LOS LLANOS  CENTRALES “ROMULO GALLEGOS”
DECANATO DE POSTGRADO
DOCTORADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
AULA TERRITORIAL- PUERTO ORDAZ
Grupo 5 Sección B

Participantes:
Teresa Farbos C.I 4.984.447
Emilio Aguilar C.I 13.812.231
Rebeca González C.I 15.851.127

Pensamiento Ambiental Crítico Latinoamericano y la Filosofía Pioética.
      En los tiempos actuales,  nace en nuestras mentes y deseos, crear de un pensamiento propio aspirando que nuestros pensamientos ambientalista tengan renombre principalmente Latinoamericano. ¿Que sería lo propio de ese pensamiento que hiciera de tal pretensión una aspiración legítima, en el deseo de construirnos un pensamiento que nos diera identidad frente a la crisis ambiental global?
     A través de la conquista, la colonia y la globalización, han mantenido nuestros modos de pensar y nuestras formas de vida, y propiciando como reacción la emergencia de un saber y una cultura política emancipatoria. Más el saber estratégico que permitiría destrabar y liberarnos de las relaciones de dominación, de explotación, de desigualdad y de exterminio, construyendo otros mundos fundados en las diferencias y especifidades de cada región y de cada pueblo no solo parte  de un ánimo, sino de nuevos actores sociales que encarnan esa resistencia, no se desprende ni define un pensamiento sociológico y una epistemología propias.
      La racionalidad ambiental se forja en la deconstrucción del pensamiento metafísico, científico y       postmoderno, de la territorialización de la diversidad, la diferencia y la otredad los potenciales ecológicos y de los saberes culturales que habitan los territorios. De allí nace y desde allí reivindicamos el pensamiento ambiental latinoamericano.
       Desde que emerge la crisis ambiental a escala mundial, hacia principios de los años 70, un grupo de intelectuales y académicos fueron atraídos por los vientos y mareas de esas nuevas ideas y propuestas en torno a las cuales comenzó a darse un movimiento crítico y una respuesta desde América Latina. La publicación de Los Límites del Crecimiento que anunciara por vez primera la catástrofe ecológica que se avecinaba, América Latina dio una respuesta propia. Un estudio conducido por Amílcar Herrera cuestionaba: ¿Catástrofe o Nueva Sociedad? Se argumentaba que la degradación ambiental no tenía por causa fundamental el crecimiento demográfico ni estaba determinada de manera lineal por el crecimiento económico, sino que dependía fundamentalmente de un modelo de desarrollo, y que las formas y grados del deterioro ambiental estaban asociados con la distribución desigual del ingreso y con las formas de la pobreza.

      América Latina ha seguido paso a paso la transformación civilizatoria desencadenada por la crisis ambiental, en un ritual reflexivo, de apropiación e identificación crítica. Así en 1982, el CIFCA promovió una  reflexión sobre el significado y trascendencia en Iberoamérica de la Cumbre de Estocolmo. Institucionalización misma del campo ambiental. El pensamiento ambiental latinoamericano que se va configurando en un repensar el mundo desde las raíces ecológicas y culturales de nuestros territorios, nace de un debate en el campo del pensamiento mismo, de las maneras en que se expresa la crisis ambiental y en el terreno de las estrategias de poder y de poder en el saber en qué se debaten los sentidos del ambientalismo y de la sustentabilidad. 
     Una de las vertientes más ricas del ambientalismo latinoamericano es el estudio de las relaciones entre cultura y naturaleza. Frente a las perspectivas que se fueron delineando en el Norte, desde las diferentes ecosofías, la ecologización de la economía y las innovaciones tecnológicas orientadas a la desmaterialización de la producción, en América Latina va cobrando fuerza una visión de la sustentabilidad fundada en la relación que guardan las sociedades tradicionales, indígenas y campesinas, con su ambiente. Más allá de una cultura ecológica genérica, y de la necesidad de dar sustentabilidad a las sociedades rurales, se plantea la idea de un desarrollo sustentable fundado en el conocimiento y los saberes culturales sobre la riqueza biológica y los potenciales ecológicos de la región.

Filosofía Teórica, Filosofía Práctica  y Filosofía Pioética
      En el transcurrir de los años el hombre ha ido evolucionando y con ello ha adquirido una cantidad de conocimientos que ha perfeccionando, con la finalidad de desarrollar sus potencialidades para sobrevivir en su sociedad.
    En relación a la filosofía teórica, práctica y pioética  y el descubrimiento aristotélico  de la Phronesis (racionalidad práctica)  como presupuesto intermedio entre ciencia y técnica, Aristóteles distingue entre estos tres tipos de racionalidad, aclarando que solo es posible  alcanzar el nivel teórico  de la razón cuando hemos  asegurado antes  las condiciones idóneas  para realizarlo, esto es habiendo asegurado  antes el estadio productor y conociendo la medida de la aplicación  de la razón general de las cosas concretas.
   Entonces Aristóteles nos habla de la retórica como filosofía (práctica) de la vida humana definida  por el habla, la filosofía  teorética o saber objetivo  y la filosofía pioética como técnica del saber hacer, por lo tanto el hombre se guía de sus decisiones concretas de acuerdo a su tradición  por medio de la racionalidad práctica, y que ésta se muestra  sujeta a su propia capacidad de aprendizaje  y de esfuerzo, en vistas a su propio bien y el de la humanidad.
        En consecuencia, se podría decir que  el hombre no solo debe aplicar los conocimientos técnicos sin antes considerar  qué consecuencias  produce la aplicación de estos, él debe  reflexionar sobre su praxis y a su vez pueda sentirse bien consigo mismo y con su sociedad.

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