REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL
DE LOS LLANOS CENTRALES
“RÓMULO GALLEGOS”
ÁREA DE POSTGRADO
DOCTORADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
CATEDRA: APORTES FILOSOFICOS Y LA PRODUCCION
DOCTORAL
SECCION A
GRUPO 7
Participantes: Tania Tenia,
Maritza Contreras
Juana Ribas
LA CONCIENCIA Y SU DERIVACIÓN EN EL MUNDO DE LA VIDA
La conciencia o consciencia, del latín conscientia (propiedad
del espíritu de reconocerse como sujeto de sus atributos), es definida en
general como el conocimiento que un ser tiene de sí mismo y de su entorno.
"Conscientĭa" significa literalmente "con conocimiento"
(del Latín: cum scientĭa). En la especie homo sapiens, la conciencia implica varios procesos cognitivos interrelacionados.
Por lo tanto, consciencia se refiere generalmente
al saber de sí mismo, al conocimiento que el espíritu humano tiene de su propia
existencia, estados o actos. Conciencia se aplica a lo ético, a los juicios
sobre el bien y el mal de nuestras acciones.
La conciencia puede también ser definida como el estado cognitivo no-abstracto
que permite la interactuación, interpretación y asociación con los estímulos
externos denominados realidad. La conciencia requiere
del uso de los sentidos como medio de conectividad entre los estímulos externos
y sus asociaciones.
En
tal sentido, el estado de conciencia es aquel en que se encuentran activas las
funciones neurocognitivas superiores. El estado de conciencia determina la percepción y el conocimiento del mundo psíquico individual y del mundo que nos rodea.
En efecto, el cerebro utiliza, para obtener un
mejor resultado en la toma de decisiones del individuo y para asegurarle mejor
su supervivencia, una serie de trucos, que estudiados en profundidad son los
que se definen como falsas reconstrucciones de la realidad. Las alucinaciones,
las sensaciones, los mitos, la religión, el miedo, mundos a caballo entre la
invención y la realidad, encuentran su asiento entre las neuronas. Todas las
facultades mentales del hombre tienen como base la actividad cerebral.
Los contenidos de la conciencia
Los contenidos de la conciencia son fenómenos que
se presentan a la intuición.
Estos fenómenos tienen una naturaleza
diferente a los datos de los sentidos y al material organizado mediante formas
de intuición a priori o categorías. Los contenidos de la conciencia se muestran
por sí mismos. Fenómeno y conciencia son términos correlativos:
toda conciencia es conciencia de algo y este algo es el fenómeno que se da en
aquella conciencia. La correlación
fenómeno-conciencia está por encima de todo dualismo sujeto-objeto, en
tanto que realidades.
Finalmente, el hecho de que la espiritualidad pueda
ser provocada por estimulación de determinadas estructuras cerebrales, viene a
confirmar que la visión dualista es otra ilusión creada por el cerebro. En
todos estos casos se puede decir que hemos estado engañados por el cerebro, que
no tiene en cuenta otra cosa que asegurar la supervivencia del organismo y que
es capaz de crear una historia plausible, aunque sea falsa, antes que no tener
ninguna.
La
duración real del tiempo que subyace a la vida se revela en la vida interior y se accede a él a
través de la experiencia interna. Esta duración real del tiempo, que
corresponde a los estados de la conciencia,
es de esencia psicológica. No se puede reducir al tiempo homogéneo del que
habla la ciencia. Los estados de
conciencia no se sustituyen los unos a los otros, sino que se disuelven
en una continuidad fluida. La conciencia,
por tanto, es una «multiplicidad indistinta o cualitativa», es un impulso vital
(élan vital) que forma
parte de todo el proceso creador de la vida.
Edmund Husserl (1859-
1938), filósofo alemán de origen judío y fundador de la fenomenología.
Edmund Husserl representa la culminación de la
tradición filosófica cartesiana, que interpreta la relación del sujeto con el
mundo que le rodea como una relación de hombres que conocen los objetos pero
también es la superación del cartesianismo, pues evitará la idea de Dios para
trazar un puente entre la conciencia y lo objetivo y empleará como elemento
mediador la idea de intersubjetividad.
Ø Su
propósito es elaborar una investigación
sobre los modos de conocimiento implícitos en todas las operaciones lógicas y
cognoscitivas.
Ø Se
interesa por la esencia de la
conciencia y de los modos en que se proporcionan a la conciencia sus
objetos reales o posibles.
Ø El
interés de Husserl se centra en la intención,
con el propósito de esclarecer de qué manera la conciencia tiende hacia
determinados objetos y se concretan en vivencias intencionales.
Ø Los
contenidos de la conciencia
Ø Los
contenidos de la conciencia son fenómenos que se presentan a la intuición.
Ø Estos
fenómenos tienen una naturaleza
diferente a los datos de los sentidos y al material organizado mediante formas
de intuición a priori o
categorías.
Ø Los
contenidos de la conciencia se muestran por sí mismos.
Ø Fenómeno y conciencia son términos correlativos:
toda conciencia es conciencia de algo y este algo es el fenómeno que se da en
aquella conciencia.
Ø La
correlación fenómeno-conciencia
está por encima de todo dualismo sujeto-objeto, en tanto que realidades.
Ø Características
generales de la fenomenología
Ø Es
un análisis de todo lo que se le
presenta a la conciencia, mediante la reconciliación del objetivismo científico
y el subjetivismo; del saber abstracto y de la vida concreta.
Ø Muestra
que determinados actos, como la
abstracción, el juicio y la inferencia, son actos de naturaleza intencional.
Ø Es
una forma de ver con anterioridad a toda creencia y a todo juicio.
El Mundo de la Vida
Husserl
distingue entre el mundo objeto de conocimiento de la ciencia y el mundo en que
nosotros vivimos y que denomina mundo de la vida (Lebenswelt). Denuncia la
situación a la que ha conducido una fetichización de los métodos y las técnicas
científicas, así como los peligros que encierran los excesos de la tecnología.
El mundo de la vida tiene
las siguientes características:
Ø
Es un
ámbito al que se le ha prestado poca atención a pesar de su riqueza y de
constituir la base de toda experiencia particular.
Ø
Comprende
en sí el mundo construido por las ciencias, pero no a la inversa.
Ø
Es «el
terreno sobre el que descansa el mundo científicamente verdadero, pero al mismo
tiempo lo engloba en su concreción universal».
Ø Nunca nos puede ser dado de una vez por todas, sino
que se desarrolla históricamente. Y la historia es el despliegue temporal de la
existencia de una comunidad de hombres.
El mundo de la vida como fundamento sensorial de
las ciencias, según Husserl.
El mundo de
la vida es el horizonte y contexto desde el cual se experimenta el mundo de los
fenómenos, desde el cual la conciencia individual se dirige a las cosas mismas.
El mundo de la vida es prerrequisito y contexto para la conciencia del mundo.
Pero de la manera que el mundo de la vida se configura como un lenguaje, así
mismo la comprensión del mundo fenoménico se produce desde una conciencia
esencialmente comunicativa, la conciencia es un ser-con, preestructurada
intersubjetivamente, esencial y
realmente dependiente de la comunidad humana.
La condición de intersubjetividad
permite entender el ejercicio de la razón humana mediante acciones comunicativas
contextualizadas con pretensiones de validez, en el triple sentido de que en el
diálogo uno espera que el enunciado del interlocutor sea verdadero, correcto y
honesto, es decir, que sea confirmable en su contenido y por otros
observadores, que se ajuste a las normas vigentes y que lo que dice sea lo que auténticamente
piensa; son tres requisitos de la acción comunicativa no sólo para lograr
consenso en conversaciones concretas, sino con una comunidad ideal de
interlocutores posibles, cuya criticidad posibilite el camino a la verdad (la
mirada crítica de interlocutores reales o posibles permitiría establecer reglas
generales para el conocimiento objetivo: los métodos científicos no se oponen
sino que complementan la comprensión).
En la vida común y corriente las
personas enfrentan y dominan las situaciones que se les presentan mediante su
acción concertada, la cual implica dos momentos inseparables: ponerse de
acuerdo en la interpretación de la situación, que es el aspecto comunicativo,
cuyo riesgo son los malentendidos; y el momento de la ejecución del plan de
acción, que también puede fallar. Hay que acertar en el entendimiento común de
la situación para poder acertar en la ejecución del plan y dominar la
situación. Toda acción humana exitosa requiere del entendimiento, de la
comprensión compartida de la situación; en este sentido toda acción
verdaderamente humana es acción comunicativa, no obstante el trasfondo opaco y
paradójico del saber prerreflexivo del mundo de la vida que le sirve de
contexto.
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